¡mi bebé nació por fin… y está en mis brazos! Qué emoción, ya tuviste el primer contacto con tu hijo será inolvidable. Lo estabas anhelando desde hace mucho tiempo y te sentirás feliz y segura al ver que todo salió bien y que ambos están saludables. Al bebé le ocurre algo similar; ya está en contacto contigo, con su madre, lo que le dará la seguridad que necesita para enfrentar este mundo completamente nuevo y diferente a lo que conocía. Escuchar tu voz o las melodías que le cantas, recibir tus caricias y besos, así como los de su padre, lo convertirán en un niño seguro y tranquilo al experimentar el amor verdadero.

Los vínculos que establezca el bebé con sus padres durante sus primeras horas de vida, son decisivos y lo marcarán para siempre. Por eso las ventajas del parto normal, tras el cual podrás gozar de tu hijo apenas nazca. Incluso lo recibirás en tus brazos antes de limpiarlo y vestirlo, cosa que no ocurre con facilidad si la cesárea u otro tipo de parto, te dejan tan extenuada que no tienes fuerzas ni siquiera para sostenerlo algunos momentos. 

A menos que la fatiga te derrumbe, podrás encargarte de su hijo inmediatamente e incluso lactarlo. Será una experiencia única y muy alejada de la que vivirán las madres que han experimentado complicaciones en el parto o sus hijos han nacido con alguna dolencia, ya que estos necesitan tratamiento inmediato, generalmente separados de sus madres. 

Sus primeras horas de vida

Ya supondrás que para el bebé es traumático salir de la comodidad del útero, enfrentarse al nacimiento para llegar a un mundo desconocido y hasta agresivo. Por eso, tus caricias y palabras marcarán la diferencia y lograrás establecer un vínculo único contigo, que se afianzará durante la lactancia. Esta relación será tan fuerte, que ni siquiera la tendrá con su padre.

La unidad y conexión que establece madre e hijo es única. Despertarás en la noche atenta ante cualquier movimiento del pequeño y percibirás si necesita alimento, afecto o si ha ensuciado su pañal. También sabrás si el niño tiene alguna enfermedad, ya que lo has tenido en tus brazos desde el primer instante, serás capaz de identificar señales de alarma, si algo ha cambiado en su piel, en su respiración o en sus movimientos.