Los cólicos del bebé lactante son un trastorno muy típico, el ‘dolor de barriga por excelencia’ de los bebés y una de las molestias de los bebés que más llegan a preocupar y desesperar a los nuevos papás, que se ven desbordados por el llanto inconsolable de su pequeño.
El niño se muestra agitado, llora y grita. En su desesperación, el pequeño flexiona las piernas contra el abdomen y no se consuela de ningún modo. Se pone rojo y casi siempre tiene mucho aire en la barriga.
Los síntomas de los cólicos en bebés empeoran al anochecer y, muy a menudo, son la principal causa del insomnio del bebé y de los padres. Cogiendo al niño en brazos, arrullandolo y cambiando el pañal, no se obtiene ningún resultado. Después de algunas horas, el pequeño se calma, pero tiende a dormirse con dificultad y a despertarse durante la noche.
Pero no todos los dolores de barriga del niño son considerados cólicos del lactante, tienes que estar segura de que se trata de cólicos del lactante.
¿Qué son exactamente los cólicos del lactante?
Los pediatras opinan que el cólico del lactante es un síndrome conductual de los bebés entre uno y cuatro meses, que se caracteriza por períodos prolongados de llanto y malestar difíciles de calmar, y que se originan sin causa aparente.
Es más probable que ocurran por la tarde y la noche y su mayor intensidad se da entre las 4 y 6 semanas después del nacimiento del bebé, y disminuyen poco a poco a partir de las 12 semanas de vida.
En la mayoría de los casos, no existe prueba alguna de que si llora es causado por dolor abdominal o en cualquier otra parte del cuerpo. No obstante, es habitual que los padres atribuyan el origen del llanto a dolor en el estómago y que sea de carácter digestivo.
Claves para reconocer el cólico del lactante
Los aspectos que ayudarán a reconocer que tu bebé sufre cólicos, y no otro trastorno gastrointestinal son:
• El lactante tiene que ser menor de cinco meses de edad.
• Debe haber sufrido episodios recurrentes y prolongados de llanto, queja o irritabilidad, que ocurren sin causa aparente y no pueden ser prevenidos ni resueltos por quienes lo cuidan.
• No debe haber evidencia de alteración del crecimiento, fiebre o enfermedad asociada.
Habitualmente, el cólico de lactante tiene una incidencia de episodios de llanto y/o queja de tres o más horas diarias durante tres o más días a la semana.
¿Cuándo acudir al pediatra?
Los signos de alarma que los padres deben tener en cuenta son los siguientes:
• Debes llamar al pediatra si tu hijo presenta problemas asociados con la alimentación, no gana peso de forma adecuada o su reflejo de succión no es lo suficientemente fuerte.
• La regurgitación (expulsión de comida procedente del esófago o del estómago sin que haya náuseas ni contracciones enérgicas de los músculos abdominales) es un fenómeno normal en lactantes y consiste en un flujo suave de contenido estomacal por la boca. Sin embargo, si el bebé presenta vómitos (expulsión con fuerza de contenido estomacal por la boca) y/o pérdida de peso, es necesario que informes al pediatra. Hay que tener en cuenta que los vómitos de repetición no forman parte del diagnóstico de cólico del lactante.
• Las deposiciones en lactantes con cólico son normales. Consulta si aprecias sangre o mucosidad en las heces o si estas son de tipo diarreico.
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